viernes, 25 de octubre de 2013

¿RELACIÓN ABOCADA AL FRACASO?






Llevo varios días pensando en cómo comenzó nuestra relación. Él me confesó que mantenía relaciones con una chica, pero más como despecho a su reciente separación, que porque sintiera algo por ella. Más bien al contrario, quería contarme los sentimientos que tenía hacía mí, porque “le pesaba” no sólo esa situación, sino la de que su ex, también quisiera volver con él. Puso tierra y espacio durante unas semanas, tras su confesión, y conseguí darle la oportunidad de seguir en contacto con él, sin escuchar a mi cabeza que me decía: “¡ni loca!!!!!”.


Al volver a vernos, él tenía claro que iba a intentar tener una relación conmigo. Yo, intenté igualmente que mis prejuicios no me condicionaran y tal vez fuera en aquel momento, cuándo deberímos haber aclarado qué significaba “tener una relación” para cada uno.

Yo, divorciada hace casi 20 años y sin haber convivido con nadie desde entonces. Él, “conviviendo” con una mujer –con la que nunca se casó ni hizo papeles- durante 26 años, y que en un viaje a Australia –al que él decidió no acompañarla- ella conoce a un joven de quien se enamora y cuando se lo confirma a la vuelta, él deja la casa.

En estos casi 2 años de relación, las únicas expectativas o proyectos en común, han sido “nuestras vacaciones”, aunque yo he tenido, a parte las mías -con mi hijo- y él las suyas con amigos (7 semanas por Sudamérica). Me doy cuenta que nunca hemos conseguido un comportamiento lineal emocionalmente y que los altibajos son muy recurrentes.

El otro día escuché que una relación de pareja estable se diferencia de un amor pasajero en que existen planes de futuro en común, es decir, existe una visión del amor más a largo plazo, con proyectos e ilusiones compartidas. Nosotros no los tenemos: salvo las vacaciones –repito-.

No sé cuándo deja de doler una herida como la “infidelidad”, yo no la tengo, pero si la de la “distancia afectiva” y esa se me abre con cada distanciamiento o con su “no correspondencia”, como la que estamos viviendo nuevamente.

Llevamos una semana sin comunicarnos. Alejados. Sin que ninguno de los dos tenga la fuerza, las ganas o la ilusión de dar el primer paso para acercarnos. Entonces, ¿estoy viviendo un amor pasajero? ¿está abocada al fracaso esta relación?


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